Primer relato del taller de escritura que se organiza en la Biblioteca de Tabaiba



El pasado martes tuvimos la segunda clase del Taller de Relatos Cortos impartido por Mariano Gimeno Machetti en la Biblioteca. 

Hablamos de las Palabras. 
Significante y significado ligados a una realidad. Y es que lo primero que debe aprender un futuro escritor es "la palabra" para comenzar a desarmar nuestro lenguaje. Diseccionarlas, sacarlas de su contexto consabido, contemplarlas con ojos inocentes y aprender a tratarlas como algo propio servirá para establecer relaciones inauditas entre unas y otras. 

La propuesta fue, hacer, entre todos, una lista de sustantivos sin relación entre ellos y dichos sin pensar, para constituir el germen de este primer relato corto realizado por los alumnos: 

Manzano, Roma, Bibliotecario, Chocolate, Poe, Zara, Apple, Fiat, Salón.


Los rayos del sol llegaban a las relucientes y jugosas manzanas. Los pájaros cantaban y revoloteaban entre las verdes ramas. Mientras la ciudad de Roma resplandecía de alegría y variedad de actividades cotidianas de la gente que allí habitaba. Unos con lujuria y otros con sencillez. 
Sobre los puentes de Roma brotaba el bullicio de la ciudadanía que deambulaba entre históricos edificios, fuentes y esculturas donde solo se respiraba el humo de los coches, el aroma del café y el olor del chocolate.
Ella contemplaba las grandes paredes de aquel edificio imponente que presidía la avenida. Se trataba de la biblioteca municipal. Tras el mostrador, la bibliotecaria presidía. Allí encontró, sin querer, un cuento de Poe. Su corazón comenzó a latir rápido y agitado. El poema volvía a su vida en aquella ciudad: "El cuervo"No podía soportar tanta intensidad. El pasado volvía con fuerza y, con él, un viejo hábito. Necesitaba tranquilizarse y solo la calmaría robar una rebeca roja en un Zara.
Claro que ésto no estaría bien visto en su trabajo, donde había que ser perfecta y fría como un ordenador de Apple. ¿Perfecta?. ¿Fría?. Perfecta sería imposible. Nadie es perfecto y optó por la frialdad. Robó la rebeca roja y disfrutó de su travesura.
Afortunadamente tenía un Fiat aparcado no muy lejos. Huyó del escenario del crimen con una tenue sonrisa en sus labios. Regresó al salón mirando a través de la única ventana por si alguien se había percatado de todo lo acontecido. Suspiró aliviada al ver la calle vacía. 

FIN

Comentarios

Mariano ha dicho que…
La verdad que, al ver escrito el relato, me parece bueno y muy gracioso.
Felicidades a todos los participantes

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